En navidad, época propicia para disfrutar en familia, era necesario crear actividades diferentes que nos permitieran estar más cerca del espíritu familiar. Creamos un sistema de comunicación telefónico con Santa, Así los niños al entrar a la cabina y levantar la bocina escuchaban de viva voz el saludo de Santa y podían presentarle directamente su lista o carta de regalos. Filmamos las reacciones y supimos que con esta actividad estábamos entregando montones de emociones y felicidad a los niños.
Lo sorprendente fue que en la privacidad de la cabina los niños hicieron algunas solicitudes de regalos muy inocentes, especiales, desinteresados y generosos como su naturaleza misma. Este hecho con llevó a premiar a algunos de estos niños con la entrega de lo solicitado (si era posible) o con una interacción más profunda con Santa.
Todos estos momentos fueron grabados y compartidos en redes sociales para amplificar más aún el efecto mismo de la actividad.